La Constante Macabra: Desmotivar es Posible.

Publicado: lunes, 29 noviembre, 2010 de Yizeh en General
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Hoy quiero hablar de un libro que me ha resultado revelador. Se llama «La Constante Macabra», del profesor universitario francés André Antibi.

Antibi hace una reflexión y se pregunta qué motiva a los estudiantes a aborrecer asignaturas como Matemáticas. Él es profesor de ingeniería e investigador de la docencia de las ciencias, y se ha dado cuenta de que en muchas ocasiones, en la gran mayoría, hay una serie de patrones que se repiten de profesor en profesor. El lo que el llama la «constante macabra», o cómo un profesor pone siempre las mismas notas, consciente o inconscientemente. Más bien adrede o no.

¿Las mismas notas siempre? Sí, siempre un porcentaje similar de suspensos, aprobados, notables y sobresalientes.

Pero esto… ¡Es absurdo! No, lo cierto es que es real. Y ocurre tanto en secundaria como en la universidad.

Razones por las que ocurre esto:

· Por estatus social en la comunidad docente. A menudo un profesor cree que su asignatura tiene más nivel si tiene un mayor número de suspensos. Incluso los alumnos asumen esto. Así, por tanto, es impensable que apruebe sólo un 50% la asignatura Educación Física, mientras que es asquible que esto pase en Física y Química.

· Por presión de la comunidad docente. Un profesor de una asignatura afectada por al constante macabra no se permite el lujo de ir contra corriente y, al contrario que sus compañeros, aprobar a un porcentaje inusual de personas.

· Por educación: el círculo vicioso. A menudo el docente se comporta con sus alumnos como se comportaron con el sus profesores cuando él mismo era un alumno. Por tanto, entra en un círculo vicioso del que es improbable salir. Sus alumnos algún día serán profesores cuyas referencias serán docentes como éste. Es análogo a lo que pasa con las novatadas («si a mí me las hicieron, ¿por qué no las voy a hacer yo? ¡Es tradición!»).

Es interesante reflexionar sobre este tema y la repercusión que tiene sobre los alumnos. Antibi propone que prescindamos de la constante macabra. En realidad, una asignatura tiene una única finalidad: aprender. Sin embargo, esto es contradictorio con lo que averigua Antibi: que en una mayoría de casos las notas se reparten.

¿Y si hay una clase de alumnos excepcionales? La constante macabra aparecerá y hará de las suyas. El reparto de notas acabará con la motivación de muchos alumnos potencialmente brillantes. ¿Y si hay una clase de alumnos horribles? ¿Se atreverá el profesor a suspenderlos a todos? Nuevamente, en una mayoría de casos, no. El reparto se mantiene. Por eso se llama constante macabra.

Seguramente, muchos de los que lean esto se sorprendan. Otros se darán cuenta de que han sido víctimas de la constante macabra toda su vida académica. Y no pretendo con esto decir que la solución es aprobar a discreción, sino dedicarnos por completo a enseñar de forma justa. Proponer una serie de pasos para aprobar y actuar en consecuencia. El libro de Antibi ofrece casos demoledores: profesores que, viendo que tienen buenos alumnos, ponen preguntas más difíciles. Otros que ponen problemas irrealizables, o extremadamente largos. Profesores que realizan malabarismos para mantener su porcentaje de suspensos invariable. Escalofriante, pero cierto.

Recomiendo encarecidamente el libro de André Antibi. «La constante Macabra», editorial Rompecabezas.

comentarios
  1. […] La Constante Macabra, o cómo se ha desmotivado a muchos estudiantes educacioneducativa.wordpress.com/2010/11/29/la-constante-…  por granpayo hace 2 segundos […]

  2. Rave Reaver dice:

    Creo que lo que comentas no se basa solamente en la constante macabra. Hay un problema con el sistema de exámenes.

    Cada alumno, y lo he dicho siempre, debería de verse de manera indivudual, no como un colectivo. Si una clase es buena, la clase es buena, pero ¿y si es mala y hay dentro uno bueno? Normalmente se le cortan las alas, se aburre, da por culo en clase… y acaba siendo un fracaso escolar más del sistema…

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